El paro agrario, ¡tristeza del campesino!
El siguiente texto se escribe en el segundo semestre del año 2013, y en el cual se tratará la problemática del Paro Campesino al cual se enfrenta el país y el gobierno de turno. Se utilizaran las lecturas vistas en el curso para mostrar cómo el paro es un reflejo del empobrecimiento que afronta el campesinado de nuestro país.
Para empezar un poco de contexto:
Es de conocimiento general que la economía de nuestro país se basa en lo que se extrae de la tierra, petróleo, minería, agricultura, ganadería, etc. Siendo esta la realidad de nuestro país y su economía, uno podría suponer que es sobre estos sectores en donde se hace concentración de esfuerzos por parte del gobierno para impulsarlo y volverlo más y más productivo en pro de la prosperidad de todo el pueblo colombiano. Pero es precisamente esto lo que los gobiernos no han hecho a cabalidad o se han quedado a mitad de camino intentándolo, en fin, el campesinado de nuestro país alega a gritos que su gobierno los ha abandonado… Pero esta situación no es de este gobierno nada más, esta problemática ya se transformó en una tendencia, en donde cada gobierno que pasa no es capaz o no quiere poner en marcha soluciones y garantías para los sectores más importantes de la economía colombiana, agravándose cada vez más el que hacer de estos sectores del agro.
En este descuido de parte de gobiernos consecutivos con los ya mencionados sectores más importantes y representativos de la economía colombiana, la ilegalidad ha llenado este vacío para apoderarse de tierras, ganado, minería entre otros, es decir, se apoderaron del negocio y de las vidas de las personas, quienes su sustento era su parcela de tierra, su ganado, lo que sacaban diariamente de la mina. Siendo esta la realidad vemos como nuestros campesinos se vieron obligados a abandonar lo que les pertenecía y vivir en la miseria, además de ser humillados diariamente en las ciudades, que muy lejos están de la realidad del campo.
Aunque al llegar a este punto cualquiera diría que es suficiente lo que ha sufrido el agro en Colombia, pero aún existe otra problemática que surge con la premisa de “impulsar” la economía del país, y es donde surge la pregunta: ¿Y que es aquello a lo que se deberá renunciar para “impulsar” la economía de Colombia? Porque todo tiene un precio o en su defecto un sacrificio, ¿Cuál será entonces el del triunfo de la economía del país? Al parecer la respuesta a esta pregunta es la economía misma. Con la aplicación del TLC con Estados Unidos por ejemplo los Lecheros y Arroceros se han visto afectados por supuesto desde cada uno de sus negocios, por ejemplo a los lecheros los afecta los precios de la leche de origen americano que ingresa al país sin pagar aranceles y sin ninguna imposición de índole tributaria, lo que permite que los precios de este producto extranjero pongan la parada afectando la demanda del producto nacional, en el caso de los arroceros, ellos deben utilizar fertilizantes y abonos que aunque se ofertan tanto nacional como internacionalmente, pero por las características del tratado y la revaluación de la moneda nacional se ven obligados a comprarlo a Estados Unidos. Entonces eso de promover e impulsar la economía del país a costa de NUESTRO AGRO no parece ser una jugada muy inteligente ni considerada.
Existe otra problemática en este nuestro tema y es de tipo ambiental, el gobierno no tiene políticas fuertes y contundentes que garanticen el adecuado uso de fertilizantes y pesticidas que son utilizados en los cultivos de todo el país y que finalmente llegan a los organismos de todos los colombianos. Con esta problemática también converge la dificultad que han tenido los agricultores con la imposición del gobierno de utilizar semillas certificadas (Resolución 970 de 2010) destruyendo largas tradiciones de técnicas agrícolas que producían un producto mejor y más saludable. Esta precisamente fue una de las razones más fuertes para que los agricultores se decidieran a parar, la anulación de ejercer libremente aquello en que solo ellos son expertos, no el gobierno ni los americanos.
El análisis…
¿Cómo el Paro es un Reflejo de la pobreza del Campesinado Colombiano?
Según el concepto de pobreza que se ha tomado en el curso, el cual es el planteado por el Premio Nobel de Economía el señor Amartya Sen y es el de la imposibilidad de un individuo o de los individuos de poner en acto sus potencias, capacidades y habilidades. Esto lo podemos ver claramente en el contexto descrito anteriormente.
Para que pueda existir prosperidad, equidad y felicidad primero se debe ser libre para poder hacer (poner en acto las capacidades). El gobierno dificulta cada vez más el poder hacer de los campesinos y de quienes dependen de todo lo que comprende la palabra agro en Colombia.
Pero ¿Por qué es tan importante que el gobierno, la política económica exterior, la ilegalidad y la cultura de los colombianos cuyo mundo no es el campo permitan al campesinado hacer? Según el enfoque del señor Amartya Sen las capacidades que son iguales a las potencias y habilidades que tiene el Ser para actuar, serán las que contribuyan al bienestar y a la construcción de un país más benéfico y beneficioso para todos. Y estamos hablando de aspectos que van a contribuir con los elementos de la vida física o bilógica de un pueblo, de un país; la alimentación y la salud.
Para responder de forma concreta a la pregunta que es la génesis de este texto declararemos lo siguiente: El Paro agrario es un fiel reflejo de la pobreza de nuestros campesinos ya que este es el resultado de la saturación del sector, por el abandono y el atropello que este ha sufrido desde diferentes enfoques (No solo del Gobierno) pero quien es responsable en primera y última instancia de procurar su buen funcionamiento es el Gobierno. Y es por esto que es el Gobierno quien se ve llamado a rendir cuentas y con mucha razón. El Agro Colombiano es pobre porque repetidas veces por no decir siempre, ha sido privado del pleno desarrollo de sus capacidades y de su libertad para ejercer su función y que esta provea bienestar y satisfacción. Siguiendo esta línea el paro agrario reflejó el abuso de la libertad e insulto el juicio, la experticia y las técnicas del campesinado de este país para hacer lo que nadie más podrá hacer mejor que ellos.
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